
La cuenta que cuenta
Cuando estaba en la oposición, al PRM y a Abinader no les gustaban las cuentas del Banco Central.
Para entonces la economía crecía de manera sostenida por encima del 5%, pero Abinader decía que no era cierto.
Decía el Banco Central que la inflación estaba en mínimos, controlada en números incluso históricos, pero Abinader decía que no.
El déficit fiscal se mantenía controlado y a la baja incluso por debajo del 2% (porque era propósito del presidente Medina bajarlo hasta conseguir un histórico superávit), pero Abinader decía que no era cierto.
Teníamos energía 24/7 y las pérdidas de las EDE bajaron dramáticamente hasta un 27%, pero Abinader decía que no era cierto.
La economía volaba por lo alto con la construcción de miles de aulas, estancias infantiles, centros de diagnóstico, 911, infraestructura por todo el país, pero Abinader decía que no era cierto.
El pueblo dominicano sentía y vivía todo aquello en su cotidianidad y las instituciones internacionales daban cuenta de lo que acontecía, pero Abinader negaba todo.
El Banco Central hablaba de cuentas muy claras, mientras el PRM y la USAID gastaban millones y millones para imponer el cuento con el que finalmente engañaron al pueblo e impusieron el golpe electoral de Abinader y Pompeo en febrero 2020.
Hoy las cuentas del Banco Central cuentan. Pero cuando cuentan las cuentas de Abinader, las del pueblo cuentan la tragedia del pollo a 80 y 100 pesos la libra; de la libra de arroz hasta a 60 pesos en los colmados; de la carne de res desaparecida de la mesa de los pobres; de los apagones; de la producción nacional sustituida por la mafia de las importaciones; de la caída de la inversión pública y de un desastre que sólo se mantiene gracias a un tsunami de dinero y corrupción.
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