AMLO: Para su pueblo y para el mundo
Seis años gobernando en “la mera frontera imperial” con la bandera de la dignidad y el respeto a la soberanía de México y de Nuestra América. Toda una proeza.
Su vida es una escuela de la mejor política. Sus seis años de gobierno: una cátedra magistral del decoro y el coraje.
Educador y compañero fiel y aguerrido de su pueblo, sus “mañaneras” son un ejemplo de pedagogía política transparente y frontal. Sin vacilaciones ni miedo a los medios venales que lo acosaron siempre.
Sabía que la batalla es en la comunicación y en la cultura y allí expuso siempre su credo transformador. En esto, a muchos dominicanos y dominicanas nos recuerda a Juan Bosch.
Ninguna grieta entre los hechos y las palabras. Prohibió a su familia acercarse al gobierno.
Solidario, salvó a Evo Morales de la muerte. Colocó a la OEA y su actual alabardero en el basurero al que pertenecen y condenó sin ambages golpes de Estado e intervenciones extranjeras.
Sale del poder, no de la política, de la mano de su mejor amigo: el pueblo.
Dos contribuciones revolucionarias —entre muchas otras—deja a la sociedad mexicana: la primera mujer que gobierna en México y que promete continuar su legado y una reforma que busca transformar el Poder Judicial traspasando su elección al pueblo. Propone sacarlo de las manos de políticos corruptos, financieros, traficantes y turiferarios. Que no es poca cosa. De ahí las reacciones viscerales de sectores conservadores.
Es Andrés Manuel López Obrador. AMLO para su pueblo y para el mundo.
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