Somos la Comunidad
Aquí usted encontrará
artículos en la diana,
un espacio que se llama
Comunidad Ojalá.
Actualidad, medioambiente,
cultura y economía.
Celebramos la alegría
de ser medio diferente.
Aquí usted encontrará
artículos en la diana,
un espacio que se llama
Comunidad Ojalá.
Actualidad, medioambiente,
cultura y economía.
Celebramos la alegría
de ser medio diferente.
Arrecian los apagones,
el cambio apaga el país.
La gente dice que Luis
promete sin soluciones.
¿Las Edes? ¡De lo peor!
Intervención ameritan.
Apagones multiplican
el diabólico calor.
Otra vez deciden otros,
porque el pueblo sigue ajeno.
Las urnas quedan, de nuevo,
sin pito, flauta ni votos.
Al pueblo no le convoca
salir consciente a votar.
Es para reflexionar
la abstención que nos arropa.
Marchan pronto las hormigas,
obreros sin libertad,
hormigas de la ciudad
en ciudad de las hormigas.
Caminan las enfermeras
artesanos y maestros.
Los trabajos son los nuestros;
los recursos, de cualquiera.
Bosch, ilustre profesor,
maestro por excelencia,
cosechero de conciencia,
cual Hostos, el sembrador.
Cibaeño, de La Vega,
nobles causas abrazó.
Y el pueblo lo convirtió
en su líder, por su entrega.
En Los Negros, en la playa,
flotan hoy muertos los peces
por veneno, tal parece,
mientras Medio Ambiente calla.
Un panorama sombrío
ha pintado una barcaza,
que en el mar fauna desguaza
como granceras en río.
Exrector fue de la UASD,
fue un boschista en exceso
con moral de carne y hueso
que ya hoy descansa en paz.
A la patria no le debe.
Su trayectoria es ejemplo,
de la moral hizo un templo
¡Que la muerte le sea leve!
Ahora Papá Candelo
usa Twitter por botella
y le han puesto una querella
porque no pagó un dinero.
¡Se fueron con el amague!
A Candelo Sedifé
le perdieron ya la fe
y ahora exigen que les pague.
Un silencio sepulcral
se cierne sobre los temas.
El silencio es un poema
que redacta el capital.
En el silencio atrapados
están los independientes,
que ahora son indiferentes,
en la nómina bordados.
Una ola de calor
castiga al dominicano.
Aún no llega el verano
y ya se siente el fulgor.
Cada quien carga su cruz
soplando con cartoncito.
Bota fuego el abanico
y el aire no tiene luz.
En la Cámara de Cuentas
hay un cuento mal contado,
un acoso, un acusado
y criterios a la venta.
Hay un preso de confianza
aprobando auditorías,
consensuada rastrería
que en la institución avanza.
¿Guardar pan para este mayo?
No quedó para guardar.
Si en gastar se va el cobrar,
ilusión y desengaño.
La inflación inflada está,
la canasta en una nube,
la comida sube y sube
y el salario ya no da.
En la margen del infierno
trabaja el trabajador,
explota el explotador
y aumenta el Producto Interno.
Es afán del afán diario
la moderna esclavitud:
perder hasta la salud
por el mínimo salario.
Este abril ya pronto parte
y canta de nuevo el gallo,
pues se asoma el mes de mayo,
cuyos días no comparte.
Abril de Guerra y Poblada,
abril de patria y de canto.
Abril, a veces de espanto,
tarde, noche y madrugada.
¡Las tarjetas se han quedado
sin dinero! ¡Otra vez!
Gente espera mes por mes
que no se lo hayan robado.
Una situación amarga
con el programa Supérate
que ahora llaman «Espérate»,
pues no llega la recarga.