Alumbrando el porvenir
Cuando el huracán arribe,
mi espada será mi remo.
Al huracán no le temo,
pues soy hijo del Caribe.
Hoy empuño este mensaje
como invencible proclama,
para el hoy, para el mañana,
contra el superior ultraje.
No hay tiempo para tristeza.
Respiremos el mañana,
como voz que ruge y clama
contra el miedo y la pereza.
Comencemos conjugando
el insigne verbo amar,
para nuestro bienestar,
que se ganará luchando.
La esperanza es combatir,
combatir es la bandera,
con el alma en la trinchera
alumbrando el porvenir.
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