Calor
Una ola de calor
castiga al dominicano.
Aún no llega el verano
y ya se siente el fulgor.
Cada quien carga su cruz
soplando con cartoncito.
Bota fuego el abanico
y el aire no tiene luz.
¡No aparece una sombrita!
El cuerpo está pegajoso,
por el calor asombroso
que ni con agua se quita.
Al borde de la locura
tiene el calor a la gente,
con olores indecentes
por la alta temperatura.
Dice Meteorología
que el fenómeno de El Niño
nos dará mucho cariño
en verano, noche y día.
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