El Sistema Nacional de Salud y la música
En las últimas décadas en la Republica Dominicana han existido avances en los resultados en materia de Salud, en diversos campos entre los que figuran aseguramiento y financiamiento de servicios, gestión de medicamentos, emergencias de salud y vigilancia epidemiológica.
Sin embargo, persisten desde las décadas mencionadas serias debilidades e inequidades en la producción de Salud y existe un consenso creciente sobre el hecho de que persisten las mismas en los Servicios de Salud y en la Seguridad Social, con impactos muy negativos en grupos poblacionales en situación de vulnerabilidad.
Este consenso creciente se enfoca cada vez más en las percepciones sobre el funcionamiento del Sistema Nacional de Salud, que es la organización y el funcionamiento del Sector Salud para la Producción Social de la Salud.
Son muchas las personas, funcionarias o no de instituciones sectoriales, así como ciudadanos y ciudadanas que utilizan los servicios de salud públicos y privados, que no comprenden aun que significan las palabras Sistema Nacional de Salud, por lo que edificar sobre ello, pedagogizando el concepto, es el motivo de estas líneas y para ello usaremos una metáfora, aclarando que ella consiste en utilizar una figura de pensamiento por medio de la cual una realidad o concepto se expresan por medio de una realidad o concepto diferentes pero comparables con lo presentado.
Nuestra metáfora escogida para comprender el Sistema Nacional de Salud es: orquesta.
Una orquesta está integrada por un gran número de personas. Todos ellos tienen que tocar su parte, pero con idénticos criterios melódicos de velocidad, ritmo, volumen y armonía.
Ahora bien, en la orquesta hay tres cosas que explican los acordes en la melodía, el ritmo y la armonía: el director, la batuta y la partitura.
El director es una pieza indispensable, el alma, la cabeza y el corazón y su posición al frente y por encima del resto de músicos es una cuestión no de superioridad, sino de facilidad a la hora de que todos los músicos puedan verle y lo ven a la vez que tocan sus instrumentos y producen la música.
La batuta es una vara corta y delgada usada por el director de orquesta para marcar el compás y dirigir a los músicos. Por ello se considera la palabra batuta como dirigir un conjunto de personas y a la expresión “llevar la batuta” como dirigir, ordenar, disponer, establecer, mandar, organizar, coordinar, guiar, decidir y administrar.
La partitura es la música a interpretar por todos, porque todos la tienen y la asumen, es la misma para todos y para cada grupo de instrumentos figuran sus énfasis en la ejecución.
Ahora bien, el director de orquesta es mucho más que una persona que mueve las manos y la batuta.
Es la persona que se estudia en profundidad toda la obra, porque mientras cada músico se estudia su parte y la ejecuta, es el director el que llama la atención sobre lo que deben hacer, porque ha pasado mucho tiempo frente a la partitura analizando todos los detalles y examinando las directrices que quiere marcar, por lo que debe conocer la estructura de la obra y sus secretos, o sea, la realidad que existe más allá del papel y sus pentagramas.
El director establece los criterios desde el punto de vista musical y los impone a los músicos, pero no a base de miedo, sino de persuasión, para conseguir una interpretación personal compartida de un documento escrito (la partitura), sin interpretaciones individuales dominantes que ignoren el resto de los instrumentos.