La retórica del salvador y el complejo de superhéroe son características que definen muy bien a Gobierno y Presidente.

De nuevo. Otra vez y sin estirar una risa, el Presidente volvió a devolver una medida impopular de su Gobierno, presentándose como mesías que ordena detener todo, en nombre del pueblo, a quien lleva en el alma y corazón.

En este episodio, el mandatario mandó a detener desde una calle el aumento de la tarifa eléctrica, porque la gente no aguanta más. En pocas palabras, dictaminó que la factura ya no suba. Porque, pensándolo bien, seguirla subiendo – y con apagones- sería excesivo y poco conveniente para un Gobierno al tris de una ola masiva de protestas.

Ya lo vimos en casos anteriores, como el mamotreto de reforma tributaria y el intento de obsequio de Punta Catalina a un sector empresarial. El desenlace, el mismo: el Presidente salvador sale a echar para atrás su dislate. Y nos intenta convencer de que es un héroe que protege.

Es curioso que el Presidente que llama a no mirar para atrás, se la pase echando para atrás sus propias decisiones.

Como en casos anteriores, el Gobierno nos salva del Gobierno. ¡Once again!