Los abusos de la Barrick Gold, defendida por la policía Nacional del gobierno del Cambio, en contra de los comunitarios de los campos de Zambrana, han escalado desde Semana Santa. Han cambiado las motosierras por retroexcavadoras con escolta militar incluida.

Y claro que los comunitarios hicieron resistencia pacífica acostándose en el camino para impedir el paso de las maquinarias. Esperemos que la oportuna intervención de la Iglesia católica impida que siga escalando el conflicto.

Por otro lado, las denuncias de las retroexcavadoras de las granceras en los ríos es un mal secular que revive en la prensa de vez en cuando. Esta semana tocó al río Guayubín, ¡otra vez! Mientras,  ambientalistas denuncian que esa provincia es mantenida en un apartheid hídrico.

Pero también siguen excavando el lecho de los ríos Haina, Nizao y otros muchos, sin que las autoridades de Medioambiente hagan nada. Esto ya no es extractivismo: es saqueo.

Mientras en países como Ghana el gobierno cambia leyes para impedir a los extranjeros la extracción de oro, en RD se protege a una de las mineras más poderosas y conflictivas del mundo.

Y los militares, ¿por qué no defienden nuestros ríos y a sus comunitarios de las mafias? ¿Dónde estaban cuando asesinaron a los mártires del Nizao y del Tireo y cuando agredieron al periodista en Montecristi? ¿Es que el  Estado dominicano solo  actúa a favor de las mafias y multinacionales?