El PLD ha sido la escuela política más importante que ha tenido la República Dominicana desde La Trinitaria.

Quienes pasaron por sus organismos aprendieron a valorar el tiempo.

Aprendieron a recaudar y a administrar fondos. A valorar, distribuir y explicar Vanguardia del Pueblo, el gran propagandista y organizador que no mancó su salida semanal; que era leído más que cualquiera de los medios tradicionales del país y que distribuyó más ejemplares que todos ellos juntos. ¡Y que no era gratis!

De su Sala de Redacción salieron comunicadores que hoy ocupan puestos destacados en los medios. Aprendieron los rudimentos de la economía, el periodismo, la Historia y la Sociología muchos que luego fueron a las universidades.

Allí se formaron centenares de líderes a todos los niveles. Esos líderes garantizaron la calidad de los gobiernos del PLD poniendo en práctica lo que aprendieron. ¿Excepciones? Siempre las habrá.

Lo más importante: en el PLD adquirieron conciencia social y conciencia política miles de dominicanos y dominicanas.

No hay instituto ni escuela ni universidad que pueda ofrecer un servicio semejante a su país.

¿Es justo que se haya despojado al pueblo dominicano de un instrumento semejante de formación y lucha?

Hacia dondequiera que miramos hoy vemos el resultado desastroso de una pérdida semejante.

¿Pensaron alguna vez el Conceptualizador, y quienes lo acompañaron, en el daño que infligían al pueblo dominicano?

Refundar el PLD requiere reencontrarnos con aquella tradición. Darla a conocer a todos los jóvenes que ingresan al PLD y, sobre todo, con los enormes recursos que ofrecen hoy las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, reeditarla llevándola a niveles superiores.

¿Tendremos el valor de hacerlo? No me cabe la menor duda.