El pasado fin de semana estuvo el Presidente reunido con los legisladores de su partido para pasar revista a las ejecutorias del Gobierno y los planes futuros.

En el interés, como todo Gobierno y como todo país, de que los proyectos que requieran pasar por las manos de los congresistas puedan despacharse con prontitud, es normal que un Presidente trace líneas.

Se aduce que los proyectos que impulse el Presidente serán aprobados y los que no impulse, no lo serán.

Sorprende ver al Presidente que dijo que no trazaba líneas a los legisladores de su partido, ahora inmerso en esos menesteres.

Dijo eso en referencia a las 3 Causales del aborto en el Código Penal, una iniciativa condenada a un ingrato futuro en el Congreso, pues no tiene el apoyo del Presidente.

Para un asunto tan primordial y necesario como la salud y dignidad de las mujeres, el Presidente defiende la autonomía de los legisladores de su partido. Para otros temas, no. Para esos otros hay espacio para reuniones y trazar líneas. Otra mentira.