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Ante el paso de Fiona por la zona este del país, casas quedaron inundadas, infraestructuras afectadas, árboles derribados, tendidos eléctricos caídos, miles de personas desplazadas, en fin, pérdidas cuantiosas. 

Un sector muy vulnerable a impactos como estos, es el de las micro y pequeñas empresas. 

Por ello, presumo que el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes está levantando las informaciones de lugar para hacer un diagnóstico de sus condiciones y necesidades post Fiona. 

Diagnóstico necesario para definir las acciones a tomar a corto, mediano y largo plazo. 

En lo inmediato, hay un llamado al Estado para ayudarles a cubrir sus necesidades básicas y proteger a las personas. También a tomar medidas desde instituciones financieras del Estado en solidaridad con su situación.

Algunas acciones incluso, no implican nuevas erogaciones de recursos, como flexibilizar las condiciones de los préstamos u otorgar prórroga para el cumplimiento de los compromisos y así evitarles el pago de mora e intereses por financiamiento, como lo hizo la Dirección General de Impuestos Internos.

Hay que definir y comunicar las medidas que permitirán la reincorporación productiva y reconstrucción de esas micro y pequeñas empresas.

A largo plazo, lo ocurrido nos plantea una oportunidad para fortalecer el Programa Nacional de Educación Financiera para Mipymes planteado en la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera.

Puede ser interesante, importante, que se incluya dentro del material educativo, la elaboración de un Plan de Continuidad de Negocios y la constitución de un Fondo de Emergencia.

De esta forma, se contribuye con la resiliencia de las micro y pequeñas empresas. 

Lilliana Rodríguez-Álvarez, economista especializada en finanzas, con maestría en políticas públicas y sociales.

Sobre este tema conversé con Carmen Imbert Brugal, en la sección Finanzas con Café de El Matutino Alternativo del 21 de septiembre de 2022.