Los que se quedan
Se van los que se van… los que hace más de un rato no estaban. Los que perdieron el afecto o nunca lo tuvieron.
Se van para no volver o quizás para volver. Pero se van. A más de uno, por morbo o curiosidad, le interesa el que se va. Y destaca al que se va. Y hasta victimiza al que se va.
Yo prefiero hablar de los que se quedan, de los que se atreven a luchar, de los devotos de la conciencia, de los prendados de incólume moral, de los que reafirman el afecto hacia sus compañeros y la casa que los acoge.
De los combatientes. De los que ponen corazón y empeño en las causas más nobles. De los que no plantan el yo, sino el todos. ¡Y juntos!
Los que se quedan, los militantes, los valientes, los soldados de las ideas, los hacedores de las grandes obras, los solidarios.
En fin, los otros, los de otro material, los de acero, los que no se van.
Como expresó Benedetti en un hermoso poema dedicado a Martí:
Esos otros y nosotros.
¡Y los otros muchos más!
Construimos una patria.
Patria es HUMANIDAD.
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