Los plásticos arrastrados por Melissa
El huracán Melissa transcurrió y con sus aguas bajaron, los ríos, arroyos, cañadas y cualquier otro curso de agua cargados de basura plástica.
Da pena ver cómo en algunos momentos ni siquiera podía verse el agua, sino la alfombra descomunal de plásticos de un solo uso dominando el paisaje desolador.
Pronto el mar devuelve una parte a nuestras playas. En alta mar, los plásticos provocan la muerte de los animales marinos por centenares cada día. En los ríos también asfixian la fauna. Y en dondequiera tapan los desagües.
Millones de pesos del presupuesto municipal son invertidos en contener semejante plaga, pero no de manera preventiva, sino cuando ya el daño ha ocurrido.
Ni el gobierno central ni los municipales ni el Congreso Nacional ni el Ministerio de Medioambiente se dan por enterados ni establecen regulaciones ni planes de sustitución del plástico de un solo uso.
Vale la pena destacar, sin embargo, un importante destello de conciencia ambiental que empieza a surgir frente a esta amenaza: negocios pequeños, por propia iniciativa, empiezan a sustituir los envases plásticos por los de cartón.
Merecen un reconocimiento especial. Nuestra gente crece en conciencia ambiental a pesar de sus gobernantes.
Un caso llamó mi atención recientemente: el de los “Chicharrones de la Cayetano”. Otros, como “Dumás, Delicias Árabes”, ya han empezado la misma práctica y ojalá continúe creciendo esa conciencia ambiental porque no podemos continuar contaminando nuestras aguas, asesinando la fauna de mares y ríos y tapando imbornales.
No podemos esperar a que congresistas y tutumpotes del plástico decidan. Hay que controlar la plaga del foam urgentemente. Digamos no a los plásticos de un solo uso ya.
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