Un breve recuento permitirá recordar estos aportes de la pasada gestión de gobierno al crecimiento institucional.

1. Cuenta Única del Tesoro: clausuró miles de cuentas de banco que no tenían razón de ser en las instituciones. Hizo más diáfana la ejecución presupuestaria. Ahorró miles de millones de pesos al Estado.

2. Saneamiento de la nómina pública. Permitió ELIMINAR MILLARES DE DUPLICIDADES.

3. Comisiones de Ética Pública apoderadas y fortalecimiento del rol de la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental.

4. Fortalecimiento del rol de la Dirección de Compras y Contrataciones; de su Ley y Reglamento, extendiendo su labor transversal a TODAS las instituciones.

5. Cuadruplicación de los proveedores del Estado.

6. Portal Transaccional para publicar todos los procesos de compras y contrataciones.

7. Oficinas de Acceso a la Información apoderadas a todo lo ancho de la Administración con reglamentos claros de estricto cumplimiento.

8. Vitalidad al Sistema de Monitoreo de la Administración Pública (SISMAP).

9. Normas Básicas de Contraloría Interna (NOBACI) robustecidas, aplicadas, evaluadas.

10. República Digital y su papel modernizador, coadyuvante en la transparencia y superación de viejas lacras del Estado.

11. Evaluación trimestral en Consejo de Gobierno de los infaltables planes de trabajo de cada institución.

Y paremos de contar.

No me lo contaron. Lo viví en primera persona. Es lo que no se ve. Y la pérdida de semejante riqueza institucional es probablemente superior a los CIENTOS DE MILLONES DE DÓLARES que pierde el país al poner a Punta Catalina en manos de negociantes e irresponsables.