Las próximas elecciones nos colocan frente a un panorama muy grave si no cambiamos el rumbo que llevamos.

Un período más del Presidente Abinader y su “cambio” sería catastrófico y no hay que ser un genio para saberlo. Veamos:

1. Ya sin la presión del proceso electoral, Abinader tendrá manos sueltas para seguir manejando a su capricho el presupuesto nacional, el dinero de los contribuyentes, como ha venido haciéndolo. ¿Resultado?

2. Aumento astronómico de la deuda externa comprometiendo más nuestra soberanía, haciéndonos más dependientes todavía de poderes extranjeros y complicando el presente y futuro de nuestro país.

3. Devaluación creciente del peso dominicano y aumento del precio del dólar que aumenta las ganancias al sector oligárquico que gobierna y amplía sus monopolios. ¿Resultado?

4. Consecuente y galopante inflación y quiebra de miles de pequeños y medianos empresarios que no podrían asumir costos y deudas.

5. Reforma fiscal a la medida del grupo gobernante, cargando de nuevo los impuestos en los hombros de la clase media.

6. Aumento de las importaciones y de la dependencia de producción extranjera que forra en ganancias a los importadores pero que arruina el aparato productivo nacional provocando miseria y desempleo.

7. Todo lo anterior conduce a un deterioro mayor de nuestra democracia y sus instituciones, deterioro de nuestras áreas protegidas con compromiso de nuestros recursos naturales y aumento del hambre, la delincuencia y la inseguridad como conviene al gobierno y su grupo para decir que ellos nos salvarán.

Como puede ver, no es poco lo que nos jugamos el próximo mayo si no acudimos masivamente a votar para cambiar de rumbo.