Sé que al menos una vez en tu vida has escuchado sobre esta historia. Ya son 82 años de la primera película y solo en 2022 se han hecho tres versiones. 

Pinocchio, la de Guillermo, ya está en Netflix. Este no es un remake cualquiera. Por supuesto, contando con un co-escritor y co-director como Guillermo del Toro, sobraría decirlo. 

Muestra a Pinocchio tan imperfecto y humano como nunca. La creación de los personajes, más allá de que lo vemos en la pantalla, es una auténtica obra de arte, un hermoso homenaje a la historia original del pequeño de madera que vino a llenar un espacio, pero también, a crear el suyo propio. 

Una marioneta ingenua y rebelde, dispuesta a romper los hilos que le fueron colocados, que muere muchas veces y regresa con un poco más de sabiduría.

Creo que no habrá un corazón que se resista a la crudeza y a las muchas lecciones de esta hermosa historia. 

No le falta nada. Desde la enseñanza para querernos y aceptarnos por quienes realmente somos hasta la ridiculización del facismo. La música, las canciones, las voces y la magia de la película te acompañarán durante todo el trayecto.

Es muy probable que te reconozcas, o no, en «Ciao Papa», una de las composiciones para la obra, que muestra la necesidad de validación de los hijos, la frustración de no poder llenar los zapatos que les hemos colocado, de que abracemos sus debilidades y guiemos su crecimiento.

Empezó a trabajarse desde 2008 y mira que el resultado es más alla de lo fantástico.

Con Pinocchio, o Pinocho, Guillermo te muestra la vida con sus bellezas y sus dolores. Es una experiencia cinematográfica para todos. 

¡Y no me crecerá la nariz, se los aseguro!