
La carretera Cibao-Sur: un histórico despropósito
Mi querido profesor Marcano fue el primero a quien escuché hablar de esa carretera. Decía: “Los ricos de Santiago siempre han querido quedarse con el granero del sur, San Juan”.
Según Eleuterio Martínez, este proyecto está en carpeta hace 60 años. El penúltimo intento fue en 2013 y fue desestimado por la presión ambientalista en 2014.
En 2019, Amparo Chantada dijo: ”la situación traumática y angustiante para el país es producida, no por el desarrollo que supuestamente se busca, sino por las implicaciones sobre las tierras, la concentración de la propiedad, la deforestación, las plantaciones forestales, los proyectos inmobiliarios que vienen atrás y con el “desarrollo”.
Y sigue la geógrafa: proyectos contraproducentes, como espada de Damocles, encima de nuestro futuro, amenazando con la destrucción de todos los recursos involucrados en una lógica que responde únicamente a la reproducción del capital: sean costeros, de montaña, culturales, naturales en nombre “del desarrollo”.
Se involucran tierras para la especulación inmobiliaria y la explotación de recursos hasta ahora no explotados. Quizás, como el oro del proyecto Romero, de la Gold Quest?, visionaria la recién fallecida profesora Chantada.
La Academia de Ciencias y la Comisión Ambiental de la UASD presentaron un informe sobre esta carretera: “Se recomienda enfáticamente al Estado dominicano y al Senado rechazar de manera definitiva el proyecto Sabaneta–Sabaneta”.
Nadie con dos dedos de frente y sin intereses de por medio, considera este proyecto beneficioso, entre otras cosas porque su tasa de retorno ha sido calculada en menos de un uno por ciento de su astronómico costo. Como otros tantos, es más la sal que el chivo.
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