Para hoy, las centrales sindicales francesas han convocado a una huelga nacional contra la pretensión del presidente Macron de aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años.

El gobierno francés alega que no habrá suficiente dinero en un futuro próximo para pagar las pensiones y que, por tanto, los que aún trabajan deberán contribuir con dos años más. 

Las centrales sindicales reconocen el problema del financiamiento, pero consideran absurdo que la solución sea a costa de la salud y bienestar del pueblo francés, cuando el gobierno subvenciona con dinero público a grandes empresas por decenas de miles de millones de euros y el fraude, la evasión fiscal, ronda los 80 mil millones de euros al año. 

Los franceses quieren iniciar su retiro, disfrutar de la alegría de vivir, de sus nietos, de la belleza de la naturaleza, cuando aún están en buen estado de salud.

El gobierno francés tiene perdida la batalla política, social y mediática. La data chatarra que suministra su relato y la artillería obsoleta de los grandes medios de comunicación, no han sido eficaces frente a los adelantos tecnológicos y narrativos, las hipersónicas redes sociales y la movilización del pueblo francés. Más de las dos terceras partes de los franceses quiere que monsieur Macron retire su reforma.

Hoy veremos.