El país comienza a vivir una serie de situaciones que llevan a la gente a meditar sobre lo que es legal o lo que es justo.

Según las leyes y reglamentos es legal que nuestros legisladores reciban los beneficios y exoneraciones aberrantes que ellos mismos se aprueban, sin embargo, no es justo.

Igual pasa con la inmunidad que la ley le otorga, es legal, lo que no es justo es que compren curules para cobijarse y ampararse en la inmunidad y cometer fechorías.

Son legales los procesos de excepción que están usando para las compras, pues mire que si, lo que no es justo es que muchos de esos procesos no son de emergencia.

Quizás sea legal lo que ha hecho el INABIE con los suplidores, pero no es justo que estén poniendo en juego la alimentación de más de dos millones de estudiantes.

Parecen muy legales las autorizaciones de importación de alimentos e insumos, lo que no es justo, es que lleven a la quiebra a miles de productores de papas, cebollas y otros rubros.

Igual pasa con la seguridad social y las pensiones, amparados en lo legal se le niega salud y un retiro digno a quienes más necesitan.

Es una perla el tema de los paraísos fiscales, porque si bien es legal que empresarios, políticos y hasta el propio presidente tengan allí sus fortunas, no es justo ni ético que con ese mecanismo dejen de pagar impuestos en el país que les produce esas riquezas.

Ya se lo dijo Cristo a los fariseos. «¿ Está el hombre hecho para la ley o la ley hecha para el hombre?»

Así andamos en este Gobierno del Cambio que se ampara en muchos pruritos legales para comteter injusticias contra este pueblo.

Ya lo dijo el Papa Francisco: «Quien esconde algo, es porque no tiene la conciencia limpia».

Ojalá y se inclinen por lo justo para el bien de todos y todas.