Quisiéramos pensar que el presidente Abinader se equivocó sin querer cuando dijo «Que los jóvenes dominicanos tienen las mismas oportunidades que los de Suiza».

Porque si alguien sabe que eso no es así, es él.

Si así fuera, Omega sería cantante lírico y los demboseros fueran las voces del Coro Nacional.

Los jóvenes de este país para poder avanzar en la vida tienen que enfrentarse a la triste realidad de la pobreza urbana y rural que limita las oportunidades de estudiar, trabajar, tener salud, vivienda, seguridad cuidadana y otros menudos que los jóvenes suizos tienen garantizados desde que nacen hasta que se mueren.

No son suizas las miles de muchachas que salen embarazadas entre los 12 y 17 años.

Las muchachas de ojos verdes de Suiza no tienen que trabajar en bancas de Lotería con salarios de miseria y sin seguridad social.

Los jóvenes suizos no tienen que dedicarse al motoconcho para sobrevivir.

No creemos que las jóvenes suizas se tengan que prostituir como opción de vida.

Tampoco conocemos casos de jóvenes en Suiza que tengan que emigrar hasta en yola para salir de la pobreza.

No presidente, recuerde que la juventud que usted gobierna es dominicana, a la cual usted le hizo promesas, esa juventud tiene ganas de superarse, esperan que usted cumpla sus promesas y que implemente políticas en su favor en medio de esta crisis que vivimos.

Aterrice por Dios, Las Cañitas no queda en Zúrich, Cienfuegos no está en Lucerna y a La Bombita de Azua no llegan los quesos suizos.