Debe ser triste andar predicando anticorrupción y descubrirse salpicado por ella casi cada día.

Debe ser triste acusar a otros de lo que apremia a uno.

Debe ser triste censurar, perseguir, acosar a otros mientras el gobierno salta en la rayuela de un escándalo al otro.

Debe ser triste presumir de santón mientras va quedando clarito el río obsceno del narco dinero que corrió sin control a financiar la campaña electoral.

Debe ser triste cacarear seriedad y comprobar que todo se alcanzó con tan malas artes.

¿Qué puede y que no puede esperar el pueblo de quienes se atrevieron a descender tan bajo en la escala de la perversión?

Debe ser triste alardear de probidad y austeridad y presenciar

• un fraude de 500 millones en la Lotería.
• Congresistas y municipales del entorno pedidos en extradición o apresados en EEUU.
• Miles de millones del 4% de educación despilfarrados en pago de medios.
• Cien millones del Plan Social obsequiados como si sobraran al pueblo.
• Aumento (muy “austero”) de casi un 20% de la nómina.

¡…Y todo en 10 meses!

Debe ser triste, desde luego, si se tiene algo de vergüenza.