Con una cálida sonrisa y parsimoniosas palabras, el presidente de la Cámara de Diputados ha dicho que los préstamos son útiles y necesarios para financiar el déficit.

Su posición, hoy sosegada, dista mucho de las arengas rabiosas que pronunciaba cuando desde la oposición se oponía hasta a la razón. Lo que antes era aberrante, hoy cobra lógica y sentido.

Así desfilan Presidente y funcionarios por los caminos del razonamiento, viven cayendo en cuenta de lo obvio. Maravillados, descubren cada cosa a cada instante.

Que no se garantiza seguridad ciudadana ejecutando un plan de cuaderno. Que la tanda extendida y el 911 sí funcionaban, que la administración del Estado conlleva una organización efectiva…

Ejemplos sobran. Padecen todos del Complejo del Almirante. Viven redescubriendo América quinientos años después.

Colón, iluso, murió sin saber que no eran nuevas tierras de Las Indias, sino un nuevo continente.

En el caso del actual Gobierno, piensan presidente y funcionarios que encontraron el mismo Estado que dejaron en 2004 y no uno nuevo y transformado.