Para conseguir sus propósitos, el gobierno y su partido han debido:

1. Comprar candidatos mediante multitud de mecanismos: asumiendo sus deudas, otorgándoles  préstamos en instituciones estatales, pensiones, empleos a seguidores y familiares…
2. Comprar dirigentes partidarios opositores mediante los recursos ya mencionados.
3. Comprar síndicos, regidores, diputados…
4. Disponer de un aumento del 40% a la nómina estatal.
5. Extender el bono navideño hasta junio.
6. Entregar dos veces el llamado “bono a mil” de Educación.
7. Entregar decenas de miles de pensiones y prometer todavía más.
8. Distribuir decenas de miles de nuevas tarjetas Supérate.
9. Usar sin freno el Plan Social de la Presidencia.

No conforme con eso, el día de las elecciones del pasado 18 de febrero, montó

1. La compra masiva de cédulas en carpas instaladas frente a los centros de votación.
2. Manejos turbios de la votación, ayudado por la JCE, que despojaron a la oposición de alcaldías ganadas: caso de Dajabón, por ejemplo.

Ese clima de fraude tiene un complemento esencial: las encuestas previas y una inversión cuantiosa en publicidad oficial.

Todo eso, sin embargo, aunque logró acaparar las alcaldías, no logró aumentar la votación del PRM del 2020. Todo lo contrario, el PRM como partido disminuyó su votación en casi 300 mil votos. Veamos:

Votaciones del 2020, PRM y aliados: 2, 154, 876

Votaciones del 2024, PRM y aliados: 1, 857, 196.

Si con todo lo enumerado más arriba el PRM y el gobierno disminuyeron su votación, GOBIERNO Y  PARTIDO ESTÁN EN SERIOS PROBLEMAS.

Necesitan de nuevo una gran abstención electoral para continuar su esquema fraudulento. ¿Cómo conseguirán de nuevo el gobierno y el PRM que la gente no vote?