Después de romper récords de altas temperaturas en 2023, desde principio de año, los científicos anunciaron la llegada del fenómeno La Niña en el Pacífico con un 85% de probabilidad que ha ido bajando y se ha retrasado por meses y, en su lugar a la par se está formando otra Nina en el Atlántico.

Los modelos climáticos indican que, mientras el Pacífico está enfriándose, dando paso al fenómeno La Niña clásico, en paralelo está surgiendo otra Niña en el Atlántico, es decir, las dos al mismo tiempo.

Los registros muestran que se está enfriando una zona en el Atlántico de manera abrupta, algo inusual para esta época del año.

Según la NOA, nunca antes el Atlántico ecuatorial oriental había oscilado tan rápidamente de un evento extremo a otro.

Esta Niña Atlántica podría retrasar potencialmente la del Pacífico en un ‘tira y afloja, que ahora se encuentra en fase Neutral, con tendencia a La Niña.

Es un escenario confuso que los científicos no logran entender por completo y que ya nos ha dejado nevadas e inundaciones en los desiertos africanos, inundaciones catastróficas en Europa y América del Sur e incendios en tres estados de Estados Unidos.

Además diez ciclones. Dos de ellos, Beryl y Milton alcanzaron categoría 5, la máxima en la escala de intensidad Saffir-Simpson.

Como predijo la NOA, actividad mayor a la habitual esta temporada en el Atlántico entre 8 y 13 ciclones, entre 4 y 7 de categoría mayor.

Ya cumplida más de la mitad de la predicción y con dos de los más destructivos, Helene y Óscar y una Niña doble, por si acaso no nos gusta el caldo, nos dan dos tazas.

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