La visita a nuestro país este 11 de febrero del artista inglés Rod Stewart despierta en muchos sentidos la curiosidad de quien estas líneas escribe.

Primero, la historia de nuestra lengua; los orígenes de su onomástica, es decir, la historia de los nombres propios de persona en la lengua española. Porque resulta que ROD no es más que apodo, diminutivo o abreviatura de RODERICK, primer nombre de RODERICK DAVID STEWART, apelativo completo de este músico inglés.

Pues resulta que el nombre RODERICK llegó a la lengua española muy temprano en su historia, con los pueblos germánicos—también denominados bárbaros—que derrotaron y balcanizaron al Imperio Romano. Y en la lengua castellana ese RODERICK germánico se convirtió en RODÉRICO (del mismo modo que FREDERICK se convirtió en FEDERICO y Erick se convirtió en Enrico).

Ese nombre RODÉRICO fue muy común en la República Dominicana de la primera mitad del siglo XX, cuando las familias dominicanas seguían apegadas a la tradición griega, latina o germánica de nuestra lengua a la hora de bautizar a sus descendientes.

Pero la cosa no termina ahí, porque RODÉRICO fue transformado por los hablantes en RODRIGO y, como entre los visigodos era común agregar al nombre la terminación o sufijo EZ probablemente para indicar la ascendencia o linaje, de RODRIGO se formó el apellido RODRÍGUEZ para señalar que se era hijo de RODRIGO (como ocurre con apellidos como GÓMEZ, hijo de Gome; Pérez, hijo de Pero o Pedro; Fernández, hijo de FERNANDO; Enríquez (o Henríquez), hijo de ENRICO; Hernández, hijo de HERNANDO; Jiménez, hijo de JIMENO, etcétera).

Pero la presencia de ROD STEWART en nuestro país también despierta nuestra curiosidad en otro muy interesante sentido. Porque es probable que, a partir de la figura, desenfado y frescura que puede transmitir este artista de la estirpe germánica anglosajona, a muchos pueda parecer joven, pero resulta que ROD STEWART anda con casi ochenta años sobre sus hombros.

Este magnífico cantante y compositor de rock nació en el 1945—hace setenta y ocho años—y dio sus primeros pasos en la música ya en la década de los años sesentas, aunque fue en 1971 cuando arrolló con una canción tan hermosa por su música, como por la letra y las imágenes con que él y su colega Martin Quittenton describen el amor torrencial que atormentó a un adolescente con una mujer de mucho mayor edad.

Pues resulta que RODÉRICO STEWART va por el mundo cinco décadas después de esa inolvidable MAGGIE MAY—y seis décadas después de sus inicios en el rock—demostrando a todo el mundo la importancia del trabajo, de la tenacidad y de la perseverancia, entre otras cosas. Y de ahí viene el otro detalle que ha provocado este comentario.

¿Por qué, en su tan larga carrera, ROD STEWART visita por primera vez la República Dominicana?
Las razones pueden ser muchas, pero es indudable que una de ellas es que hoy es cuando EXISTE en cantidad importante en la República Dominicana el público de clase media, media alta y alta que puede pagar el costo de espectáculos de tal naturaleza. Y no solo el espectáculo en sí, sino la movilización hacia las lujosas instalaciones turísticas de la región oriental del país.

Como se puede ver, es mucho lo que nos puede evocar y provocar en términos de reflexión la presencia de ROD (RODERICK, RODÉRICO, RODRIGO) STEWART en nuestro país.