El pasado 30 de septiembre Bismar Galán, Simeón Familia y un servidor, asistimos en calidad de miembros del jurado a uno de los eventos sobre cultural popular más hermoso del cual yo fuera testigo.

El pueblo de San José de Ocoa nos recibió a casa llena para celebrar el Festival de Décimas Juan Antonio Alix, originado en el concurso del mismo nombre, en donde participaron cuatro generaciones de escritores de décimas de esta provincia.

En el acto a casa llena, gente comprometida con la cultura e identidad de su pueblo dio todo de sí para que la noche fuera irrepetible.

Darío Tejeda, presidente del Ateneo Ocoeño; Mercedes Magalis Cabral, coordinadora del jurado; Frank Casado, conductor del evento, y un equipo formidable de colaboradores demostraron que, con pocos recursos, pero con mucho corazón se puede lograr una jornada exitosa sobre la poesía popular de nuestro país.

Decimeros, desde adolescentes hasta octogenarios, participaron en este certamen, el cual demostró una vez más, el poder popular de la décima espinela y que su cultivo dista mucho de desaparecer.

No tuvo apoyo ni logístico ni económico del Ministerio de Cultura, y a mi entender tampoco hizo falta. Un pueblo como Ocoa, consciente de su valor como provincia, de sus raíces como comunidad mulata, de su pasado de gloria y de su futuro promisorio, no necesita visado oficial para celebrar la vida.

La limpieza de sus calles, la amabilidad de su gente, la belleza de los paisajes, desde Naranjal hasta Las Auyamas, es motivo para otra nota. Ahora solo quiero celebrar con orgullo, la jornada de cultura popular que nos ha regalado el Ateneo Ocoeño y el pueblo de San José de Ocoa.