En Gaza ya no hay caminos

14-01-2025
Literatura
Ojalá, República Dominicana
Compartir:
Compartir:

“Sobre los floridos campos

del Rey de las flores veo a mi hijo

y, llamándolo, hay una voz.

Quedó partido en dos mitades

Por una bomba que cayó”.

(El Rey de las Flores. Silvio Rodríguez)

I

En Gaza ya no hay caminos

Solo montones de escombros

Pero mi abuelo conoce todos los caminos de Gaza.

“Mira, allí estaba la escuela”, me dice.

Señala el montón de pedazos de concreto.

Los metales retorcidos

Los pupitres arrojados por todos los caminos

Mi abuelo estalla en sollozos

No quiere recordar los cuerpos destrozados de los niños.

Rápido seca sus ojos.

No quiere que yo lo vea llorar.

Pero no puede impedir que las lágrimas hagan camino.

Hoy las lágrimas son los únicos caminos en Gaza.

“Mira, esto es lo que queda de la escuela”, me dice.

“Y ahora tampoco sabemos si tendremos escuelas.

Ni dónde las tendremos”.

Sus ojos son de agua de nuevo.

“Allí encontramos el cuerpo de mi niño. Mi nieto más pequeño. Tu hermanito”.

“¿Dónde está Alá?

¿Por qué no fue a mí a quien despedazó la bomba?”

Me pregunta.

¿O es que quiere hablar con Alá?

Ahora se repone. Me toma en sus brazos. Me aprieta a su pecho. ¿Solloza?

En Gaza ya no hay caminos

Solo montones de escombros

Pero mi abuelo conoce todos los caminos de Gaza.

II

Me preguntarán

por qué voy por los caminos de Gaza de la mano de mi abuelo.

Buena pregunta.

Mi papá era fuerte, joven, alegre aun en la desgracia palestina.

No quería que lloráramos.

Nos movilizaba a todos en su carreta con sus fuertes brazos.

Casi trotando como un caballo nos llevó a todos hasta Rafá.

Que allí estaríamos a salvo nuestros verdugos decían.

Y papá quería que estuviéramos a salvo.

Me pregunto para qué.

Con mis doce años yo ayudaba a empujar la carreta.

Madre también hacía lo que podía cuando podía.

Abuelo se esforzaba y lloraba. Se esforzaba y lloraba.

Creía que yo no lo veía. Pero su llanto mojaba su barba.

Lloraba de indignación. Lloraba de impotencia. Yo lo sé.

Papá, no. Papá siempre miraba hacia delante.

Se detenía a descansar. Secaba el sudor. Miraba a mamá.

“Hermosa palestina”, le decía. Le sonreía.

Entonces me miraba. Vamos bien, Yusuf, me decía y reía.

Entonces retomaba la marcha. Y así, hasta Rafá.

Con pedazos de madera, piedras y trozos de mantas de tela

pronto improvisó nuestro refugio. Nuestra casa. Nuestro hogar en la nada.

Porque en Gaza ya no hay caminos. Sólo hay rastros de tanques de guerra.

Y hoyos… hoyos inmensos. Enormes cráteres. Y allí nos llevó papá.

Allí estaríamos mejor junto con todo mi pueblo palestino que va nómada.

Un día nos llegó el aviso.

Camiones de la solidaridad entrarían con alimentos.

Papá se preparó. Se despidió hasta pronto.

Traería harina y aceite para hacer pan del que hace mamá.

Traería todo lo que pudiera. Abuelo quedó con nosotros.

Yo solo quería que papá regresara con su sonrisa de siempre.

Pero no regresó. El bombardeo lo atrapó Alá sabe dónde.

Ayudado por brigadas de vecinos abuelo recuperó su cuerpo.

A mi padre también lo desintegró la bomba.

Lo vi envuelto en una tela blanca al lado de nuestros hermanos asesinados.

Sentí que me sonreía desde su lecho. Que me decía vamos bien, Yusuf, y reía.

Hicimos un corto ritual con los demás asesinados por el bombardeo.

Y así se fue mi padre y quedó destrozada mi madre.

Y yo caminando con mi abuelo por donde no hay caminos. Por Gaza.

Mira, ahí estaba la escuela, me dice. Ahí fue destrozado tu hermanito.

Las bombas siguen cayendo sobre el corazón de mi madre.

Y de abuelo.

III

Es octubre. Es 2024.

Ya hace un año y sigue la masacre.

Es noviembre y corre la sangre.

Es Navidad y la masacre sigue donde empezó la Navidad.

La Corte Penal pide capturar a la fiera.

Pero la masacre sigue.

Sigue muriendo la humanidad en Gaza.

En Gaza no mueren palestinos. Muere la humanidad.

Toda la humanidad está siendo masacrada en Gaza.

Toda la humanidad está siendo asesinada en Gaza

Toda la humanidad cava su tumba en Gaza.

Gaza es hoy cementerio de la humanidad.

En Gaza se canta un réquiem por la humanidad.

Una bestia. Una fiera. Un minotauro terrible devora humanidad en Gaza.

En Gaza no hay una guerra

En Gaza hay una carnicería

En Gaza no hay una guerra

En Gaza hay un exterminio

En Gaza no hay una guerra

En Gaza hay un genocidio

En Gaza no hay una guerra

En Gaza hay una extinción

Un propósito de crimen

Una decisión de horror

Un proyecto de holocausto

Un designio de terror

Una empresa de amargura

Un decreto de dolor

Por Gaza no ha de cesar nunca

un canto eterno de amor.

IV

¿Cómo puede abuelo recordar todo lo que recuerda?

En medio de este estropicio…

¿Cómo puede saber dónde estaba la barbería de Farid?

En medio de tanta muerte…

De Ismail, ¿cómo puede adivinar dónde estaba la panadería?

Pero me alza en sus hombros y me dice: ahí estaba…

La dulcería de Farah…

La ebanistería de Isfahar…

El mercado con su bulla apagada…

El vecindario arrasado pasa por los ojos de abuelo

como pasan los fantasmas… callados… mirándonos…

Como diciéndonos: no teman… no lloren…

Si no hay caminos en Gaza, ¿cómo puede?

Si no hay orientación en Gaza, ¿cómo se orienta abuelo?

Y me dice… ahí estaba la  heladería… debes recordar…

Y me señala allá, a lo lejos porque sabe que veo mejor desde sus hombros,

y me dice: ¿Recuerdas la clínica del doctor Shamir? Y señala lejos, lejos…

Yo creo que abuelo recuerda con el corazón…

Abuelo recuerda con sus lágrimas…

Abuelo recuerda con su barba mojada

y sus manos duras de mover escombros

Abuelo recuerda con el corazón…

Y quiere y espera y añora que yo recuerde también.

V

Los aviones pasaron de nuevo con su estruendo aterrador

Allá, no muy lejos, los vimos depositar su carga mortal

Las explosiones derriban los últimos edificios de Gaza

Luego las ambulancias pasaban con su carga de mutilados

Iban manchadas de sangre

destilando sangre

Sus sirenas sonaban sangre

Sus neumáticos rodaban sangre

Su chofer y sus enfermeros y enfermeras estaban cubiertos de sangre.

Una plaga de metralla mutila los niños.

Bombas extrañas con gases calcinan el cuerpo de los niños.

Otra ambulancia pasa gritando sangre

Rodando sangre

Sudando sangre

Exclamando sangre… de niños, de mujeres, de jóvenes, de todos…

VI

MI CANTO DE AMOR POR PALESTINA

Este canto de amor va por Gaza

Este llanto que no se consuela

Este canto va como una daga

a clavar al tirano que asuela.

Este canto de amor va por Gaza

Por sus niños asesinados

Por sus mujeres embarazadas

Y por su pueblo atormentado.

Este canto de amor va por Gaza

Por las escuelas que han derribado

Este canto de amor va por Gaza

y sus hospitales arrasados.

Este canto va como una bala

directa al corazón del oprobio

este canto es contra el asesino

y su dura cosecha de odios.

Va por Gaza mi canto este día

y por siempre ha de ser recordado

vuela sobre la carnicería

zumba sobre el brutal holocausto.

Duele la humanidad en Palestina

grita desconsolada cada día

Muere la criatura no nacida

Mueren cuando empezaban la vida

Duele la indiferencia en Palestina

Muere Occidente trágico en su pus

Muere su maquinaria homicida

para dar paso al reino de la luz.

Y una luz pronto habrá en Palestina

Traspasará su suelo profanado

Será una nueva Navidad divina

Oriente al Occidente iluminando.

Este canto de amor por Palestina

Que desde Gaza brota y sus escombros

De amor lleva una bomba que germina

Que no detiene nada y crea el asombro.

Este canto de amor por Palestina

Ilumina las noches de oprobio

Va de luto y celebra la vida

Una explosión de amor contra el odio.

VII

Volveremos muy pronto a Palestina

Besaremos a los héroes de la bata blanca

A sus héroes de la sonrisa

A sus mujeres de  dulces ojos

A los niños de la vida que persiste…a su risa obstinada

A sus madres forjadas de dolor y de lágrimas

Abrazaremos a sus calles y paredes resurgidas

Volveremos muy pronto a Palestina…

o que sobre la Tierra se extinga nuestra vida.