Ella sonrió| Microrrelato
Verticalmente llovía en la ciudad. Apurada, con la lluvia en la ropa, entró una mujer sin sombrilla al bar Sinnombre. Ordenó gin tónic; se sentó en la barra. A su lado, un hombre de indómita barba negra, ojos café, chaqueta marrón. Un hombre, en fin. La miró. Un sorbo largo extinguió su wisky a las rocas. La miró. Guardó palabras y la miró. Ella le puso las pupilas de frente. Desconcierto. Él pidió otro trago. Soy el dios de la lluvia. Si sonríes, si me muestras tu sonrisa, ordenaré detener en este instante el aguacero, dijo. Ella, irremediablemente, ella sonrió.