La importancia de un lagarto
Cuando Yvonne Arias le dijo a uno de sus profes que haría su tesis en ecología de lagartos en el parque Mirador Sur, a mediados de los ochenta, nunca pensó lo que le respondería: los lagartos no se comen! No pierdas tu tiempo con eso! Al parecer para los congresistas y funcionarios públicos tomadores de decisiones sobre áreas protegidas y biodiversidad, no ha cambiado esta visión, por suerte si para nuestros profesores de la Escuela de Biología UASD, sí. Claro Yvonne testaruda y rebelde no le hizo caso y se convirtió en un hito de la ciencia en RD, pero esa es otra historia!
Todas las especies son importantes! Hasta las plagas, su lugar en la cadena alimentaria lo determina su relación con todas las demás porque así es como se establece el llamado Equilibrio ecológico. La vida no trabaja en solitario, viene en paquete y a menudo el aislamiento trae la aparición de especies nuevas y únicas, la diversidad es el resultado de la evolución. Por eso un pequeño islote, en una laguna del suroeste de esta isla maravillosa de la Hispaniola, dónde el 97% de los anfibios son endémicos y otro tanto para los reptiles y que tiene a su alrededor otras tantas adyacentes que aún no han sido debidamente exploradas.
Así surge un género nuevo de lagarto, no solo una especie nueva, lean bien: un género nuevo, lo que quiere decir que este lagarto es diferente a todos los demás de la isla, de todos los demás lucios, nombre común que dan los campesinos dominicanos a este tipo de lagartos. Y esta especificidad es el resultado de la evolución del cayo de las iguanas de la Laguna de Oviedo en solitario por las fluctuaciones del nivel del mar durante el cuaternario y desde antes, por la complicada historia geológica del suroeste de la isla.
El género Guarocuyus dedicado a nuestro más bravo guerrero, bautizado Enriquillo por los colonizadores, y el epíteto (equivale al apellido de un nombre propio) jaraguanus, dedicado al parque Jaragua que a su vez está dedicado al cacicazgo Jaragua, región de espectaculares paisajes y biodiversidad.
El autor de este nombre, padre del nuevo género y especie del cayo de la Laguna de Oviedo es el ya experimentado padre de tres especies de reptiles del suroeste: Miguel Ángel Landestoy Tejeda. Guía y fotógrafo de Naturaleza, artista plástico y científico autodidacta y estudiante de término de licenciatura en Biología de la UASD. Es su tercera especie nueva de reptil, un sapo, una boa y ahora un lucio. Conjunción de pasiones y grandeza en esta isla caribeña llena de vida y por lo tanto de biodiversidad única y aún más en su región Enriquillo amenazada hoy, no por los colonizadores, sino por la estupidez de sus gobernantes y la acumulación despiadada de riqueza de las multinacionales mineras y del Turismo apoyadas por la cúpula del estado.
Nota: Los enlaces en azul tienen más información.
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