Muy frecuentemente utilizamos una vivienda o un vehículo que pertenece a la economía colaborativa. ¿Como funciona? Millones de personas se unen a una plataforma digital para publicar su oferta y otros millones de personas, para buscar esas ofertas. Si te suena familiar el modelo, te pondré dos ejemplos de empresas de economía colaborativa: Airbnb y Uber.

Es un modelo económico que está revolucionando el sistema tradicional de generación de riquezas, pues no hace falta que seas dueño de cientos de habitaciones ni cientos de vehículos para generar ingresos.

Personas de clase media han decidido adquirir una segunda vivienda para alquilarla en Airbnb y así obtener ingresos adicionales o bien para comprar un activo que se paga por sí solo.

Otras personas han decidido utilizar Uber para sacarle provecho a su vehículo ofreciendo servicios de transporte. En el mundo, ya son 93 millones, los usuarios activos de esta plataforma.

Es un capitalismo basado en masas, que ha crecido vertiginosamente. Airbnb cuenta que, alcanzar el primer billón de huéspedes le tomó 14 años, pero que, en apenas tres años, entre 2021 y 2024, pudo alcanzar los 2 billones de huéspedes a nivel mundial.

Gran parte de ese crecimiento ha sido gracias a la tecnología y la inteligencia artificial y PricewaterhouseCoopers estima que crecerá un 10 % anual en los próximos años, con más sectores adaptando esta innovación. Ya la vemos en el área de conocimiento, con Coursera creada cinco años después que Airbnb, que ofrece cursos y certificaciones en línea.

Evidentemente, la economía colaborativa no está exenta de controversias. Cuando Uber y Airbnb comenzaron a sentirse en la República Dominicana, se generaron quejas por parte de las empresas de taxi y turísticas, porque cuestionaban el status quo.

¿Qué veremos próximamente?