Radiografía de una gestión deficiente (16 de agosto-30 de noviembre de 2020)
En líneas generales, la gestión financiera se fundamenta en un proceso de análisis y toma de decisiones sobre las necesidades de una entidad, tratando de utilizar los recursos financieros de forma óptima, asegurando que sean suficientes a fin de que esta pueda funcionar y contribuyendo, de esa manera, al cumplimiento de los objetivos propuestos.
Dentro de ese contexto, y según detallamos más abajo, las cifras publicadas en los Estados Financieros del Banco Agrícola reflejan los resultados de una gestión ineficiente en el gasto, merma de la activos productivos (cartera) y, consecuentemente, con pérdidas operacionales en los tres meses de gestión correspondiente al periodo septiembre-noviembre 2020.
A todo esto se suma la violación de políticas de nombramientos y remuneraciones y selección del personal para ocupar puestos de primer nivel de dirección, contrario a los lineamientos de la Superintendencia de Bancos y su Reglamento de Gobierno Corporativo.
A continuación presentamos los principales indicadores quemuestran los resultados, para fortalecer esas aseveraciones:
Cartera de Crédito: este es el principal activo productivo del Banco Agrícola, pues no solo constituye el primordial objetivo institucional de financiar el desarrollo agrícola y propiciar la seguridad alimentaria del país, sino también su estabilidad y sostenimiento financiero.
Como se podrá visualizar en el siguiente cuadro, al cierre de agosto, el Banco tenía una cartera propia (sin fondos en Administración) de unos RD$23,743.1 millones. Sin embargo, durante los meses de septiembre-noviembre 2020, ha bajado a RD$22,129.5 millones, una reducción de RD$1,613.5 millones.
En ese periodo en el cual se ha anunciado por todos los medios posibles, la colocación de RD$5,000 millones para préstamos a tasa cero, el monto desembolsado efectivamente en cartera en esos tres meses es de apenas unos RD$838.9 millones.
Esto indica que no solo hay ineficiencia en la administración de la cartera recibida y en su compromiso de hacerla crecer de forma sana, sino que han sido incapaces de realizar la colocación de los nuevos recursos recibidos, a pesar de que el Banco cuenta con una disponibilidad de efectivo en caja, al cierre de noviembre 2020, ascendente a la astronómica suma RD$6,677.3 millones, al combinar la recepción de fondos por monto de RD$3,750.0 millones del total anunciado por el Gobierno Central.
Con la disponibilidad encontrada y la recuperación de créditos, no han tenido la capacidad de recolocar en el sector productivo.
El decrecimiento de la cartera global, la deficiente colocación de préstamos a tasa cero y el inadecuado manejo del exceso de disponibilidad de recursos demuestran claramente la pésima gestión institucional que ha tenido el Banco Agrícola durante el periodo 16 de agosto al 30 de noviembre del 2020.
Dicha situación es acompañada de una disminución de los ingresos, aumento de los gastos de personal y de la nómina de empleados, provocando con ello pérdidas operativas durante esos tres meses, así como disminución de la solvencia y los resultados acumulados positivos que se tenían hasta el mes de agosto 2020. Veamos lo que muestran los Estados Financieros a Noviembre 2020.
El primer deterioro se refleja en el ingreso por gestión de cartera de crédito. En este renglón como se muestra en el cuadro, a enero-julio 2020, el Banco promediaba RD$160.8 millones y en agosto el ingreso fue RD$163.0 millones.
Sin embargo, en el periodo septiembre-noviembre 2020, el promedio apenas ha alcanzado los RD$138.7 millones, disminuyendo ingresos en esos 3 meses por RD$22.1 millones, a un promedio mensual de pérdidas de RD$7.36 millones y una proyección anual de pérdidas de ingresos de RD$88.4 millones.
Observamos con preocupación, además, que mientras los ingresos decrecen, en orden inverso se produce un aumento en los gastos.
Así podemos ver que el gasto de personal (empleados activos y pensionados) se ha visto afectado por una serie de nombramientos de personas fuera de la estructura organizacional, duplicidad y creación de cargos improductivos e innecesarios, que no ejecutan función alguna, destacándose entre ellos los nombramientos de asistentes para administrador y subadministrador, supervisor de sucursales, directores y gerentes en disponibilidad, para nombrar nuevos gerentes sin perfil ni conocimiento de banca.
Con estas acciones, la estructura de personal ha aumentado la nómina de un promedio mensual de RD$77.46 millones a RD$83.47 millones mensuales, es decir, un aumento de RD$6.01 millones, igual a RD$72.12 millones anuales, a lo que habría que sumar los gastos de bono vacacional, bonificaciones y seguridad social, los cuales son directamente calculados sobre el salario.
La situación se empeora aún más con el aumento del resto de los gastos administrativos, dentro de los cuales podemos citar los viáticos, refrigerios, combustibles, entre otros aspectos ligados directamente a ingresos del personal directivo.
Otro gasto de suma importancia es el que se produce por provisión de cartera, debido a falta de seguimiento y acciones oportunas. Así el gasto mensual en ese renglón, que en enero-julio 2020 fue de RD$10.44 millones, se ha incrementado a RD$17.43 millones, para un aumento de 1.67%, con una proyección anual de RD$96 millones.
Todo este descontrol del gasto ha provocado que los resultados operativos del Banco Agrícola reflejen pérdidas financieras en el periodo de septiembre-noviembre 2020.
En ese orden, al mes de agosto 2020, el Banco cerró con un resultado operativo favorable de RD$30.7 millones y beneficios acumulados generales de RD$173.4 millones, más de RD$1,000.0 millones de beneficios acumulados y un capital sobre los RD$12,000.0 millones.
Sin embargo, la actual gestión ha visto reflejado en sus Estados Financieros los efectos de resultados de pérdidas operativas acumuladas de RD$-33.3 millones.
En resumen: una gestión matizada por una drástica reducción del financiamiento reflejada en la cartera de crédito propia, pérdidas financieras operativas, excesos de creación de cargos de directores fuera de estructura, eliminación de concursos por oposición y cursos de formación para cargos gerenciales y encargados, así como falta de perfil bancario del personal que ocupa esos puestos.
Estas son características de la nueva gestión del Banco, cuyos resultados, como hemos planteado, se reflejan en los Estados Financieros y nóminas publicadas a noviembre 2020.
Con este análisis, procuramos que la actual administración lo asuma de forma constructiva, de manera que le sirva de apoyo para un estudio más profundo y así pueda tomar medidas para revertir esta delicada situación en la que va encaminado el Banco.
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