Perder peso ‘sudando’ grasa sin dieta ni ejercicios, descubierta durante experimentos con ratones
Un experimento con ratones de laboratorio obesos, a los que se trató con linfopoyetina estromal tímica, conllevó una pérdida significativa de grasa visceral, la más dañina para la salud, y una pérdida de peso de más del 40 % en solo cuatro semanas, sin dietas ni aumento de ejercicios, según un comunicado de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.).
La linfopoyetina estromal tímica, también conocida por su acrónimo inglés TSLP, es una proteína de la familia de las citocinas que forma parte del sistema inmunológico e interviene en algunas enfermedades alérgicas.
Con la idea de estudiar cómo esa citocina afecta la resistencia a la insulina y si podría ser un objetivo para el tratamiento de la diabetes tipo 2, un equipo conjunto de las universidades de Pensilvania y de Washington descubrió accidentalmente que la TSLP induce la pérdida de peso, y lo logra de una manera inusual: haciendo ‘sudar’ grasa a los animales obesos, según el estudio publicado en la revista Science.
Los autores inyectaron a los roedores obesos, alimentados con una dieta alta en grasas, un virus adenoasociado que aumenta los niveles de linfopoyetina estromal tímica.
Después de 28 días, resultó que la TSLP revirtió la obesidad en los roedores sometidos al experimento, mientras el grupo de control continuó engordando. Durante ese lapso, los que recibieron citocinas bajaron su peso inicial de 45 gramos a unos saludables 25 gramos, aunque comieron entre 20 y 30 % más. El nivel de actividad de todos ellos fue el mismo.
Lo más importante es que el primer grupo perdió grasa visceral, la más peligrosa porque se acumula en la cavidad abdominal, alrededor de los órganos principales. Estos ratones también mostraron un aumento en los niveles de insulina y glucosa en sangre.
Inesperadamente, la pérdida de grasa no se asoció con una menor ingesta de alimentos o un metabolismo más rápido. En cambio, los investigadores descubrieron que la TSLP estimulaba el sistema inmunológico para liberar lípidos a través de las glándulas sebáceas, productoras de sudor aceitoso en la piel.
«Cuando miré el pelaje de los ratones tratados con TSLP, noté que brillaban a la luz. Siempre supe exactamente qué ratones habían sido tratados, porque eran mucho más brillantes que los demás», observó el investigador principal, Taku Kambayashi, al buscar inicialmente una explicación para la pérdida de peso.
Para probar la teoría, los investigadores afeitaron los ratones tratados con TSLP y luego extrajeron los aceites de su pelaje. Descubrieron que la hipótesis de Kambayashi era correcta: el pelaje brillante contenía lípidos específicos del sebo.
Esto confirmó que la liberación de aceites a través de la piel resultó responsable de la pérdida de grasa, inducida por TSLP.
«Este fue un descubrimiento completamente imprevisto, pero hemos demostrado que la pérdida de grasa se puede lograr secretando calorías a través de la piel, en forma de sebo rico en energía», señaló Kambayashi.
Los investigadores encontraron un vínculo entre la actividad de la TSLP y las glándulas sebáceas de la piel humana sana. Los investigadores creen que la pérdida selectiva de grasa se puede lograr en humanos, aunque la implementación de tales métodos no es fácil.
«No creo que controlemos nuestro peso de forma natural regulando la producción de sebo, pero es posible que podamos acelerar el proceso y aumentar esa producción para inducir la pérdida de grasa. Esto podría allanar el camino para nuevas estrategias terapéuticas que reviertan la obesidad y los trastornos de los lípidos», concluyó Kambayashi.