Y no es en Dinamarca

29-03-2023
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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Millones de personas en las calles con pancartas en las manos; millares de detenidos. Bombas lacrimógenas, marchas, caravanas, aeropuertos paralizados. ¡Megahuelgas!

El escenario descrito, por extraño que parezca, no ocurre en América Latina sino en Europa. Así como lo lee.

En Francia, Alemania y Reino Unido los ciudadanos están en las calles protagonizando megaprotestas, como no ocurrían desde hace 75 años.

Los alemanes e ingleses, en demanda de aumento salarial. En la primera nación, la inflación alcanza el 8.7%. En la segunda, la exorbitante cifra de 17.5%. ¡Una locura!

Mientras, los franceses están furiosos por la imposición, por parte del Gobierno de Macron, de una reforma del sistema de pensiones que aumenta la edad para jubilarse.

En países del Viejo Mundo, donde cualquiera pudiera pensar que todo siempre va bien y que los trabajadores no tienen problemas ni quejas ni molestias, descubrimos que la calidad de vida se va quedando sin calidad… y sin vida.

Cuando no para exigir reivindicaciones sociales, protestan para defender conquistas ciudadanas que hoy pretenden ser desconocidas.

Allí hay tradición de organización social, de sindicatos funcionales, y eso les garantiza poder echar el pulso con los gobiernos.

El ‘infalible’ sistema económico sigue colapsando, cada vez con mayor frecuencia. La cuenta la paga siempre el trabajador. Algo huele mal y no es en Dinamarca.