Y a ti, ¿cómo te va?
Enero es siempre complicado. A pesar de los prometedores deseos de bienestar y salud.
Si diciembre es ilusión e hipérbole afectiva, enero es desilusión y vuelta a la real cotidianidad.
Sin dinero (se cobra el 15 o el 25), con dieta imposible de llevar, deja ver si te pago esa facturita a fin de mes y ponte en eso que el año acaba de empezar.
Este enero, fiel a su condición, no ha sido la excepción.
Covid-Omicron por todas partes. Mamá, la hija y yo contagiados. Nuevas alzas en los alimentos, en la electricidad y en los combustibles. Los niños sin poder ir a la escuela. Van 15 días y no me han llamado para el empleo.
Incendios forestales y depredación de las dunas de Baní.
Anuncios torpes y desfachatados: fideicomiso de Punta Catalina, sincerización de precios de combustibles y huelga de maestros hasta el 31 de enero.
Y además, pierden las Aguilas y el Licey.
No sé tú que dirías, ¿a ti cómo te va?
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