Un informe del PNUMA asegura que la violencia de género y la desigualdad estructural limitan la capacidad de las comunidades para adaptarse al cambio climático y alcanzar acuerdos de paz y seguridad sostenibles. Demuestra que hay una conexión intrínseca entre género, clima y seguridad.

La crisis climática afecta de manera transversal toda la biodiversidad. Por tanto, la solución debe ser integral e inclusiva. Los botánicos somos parte de esa solución estudiando y descubriendo especies que forman parte no solo de nuestro patrimonio natural sino también de nuestra identidad patriótica y de igualdad de género.

A Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, las hermanas asesinadas por Trujillo el 25 de noviembre de 1960, dedicaron nuestros botánicos la Salcedoa mirabaliarum, planta única, descubierta en 1997. Los técnicos del Jardín Botánico Nacional decidieron nombrar el género Salcedoa, dedicándoselo a la provincia donde nacieron las valientes mariposas, y mirabaliarum por su apellido.

A medida que los recursos naturales escasean debido al saqueo y al cambio climático, las mujeres y niñas están obligadas a recorrer largas distancias por agua, leña o comida, lo cual las expone y hace mucho más vulnerables al abuso y la violencia sexual. No escapan tampoco las activistas, ambientalistas, científicas y hasta turistas. Somos las más afectadas por el cambio climático y los desastres provocados por él nos hacen mucho más vulnerables en las zonas afectadas.

El lugar donde crece la Flor de las Mirabal fue declarado Reserva Científica porque está amenazada de extinción como lo estuvieron por sus ideas y por ser mujeres, esas tres valientes heroínas en cuyo honor se celebra desde 1981, cada 25 de noviembre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer.

Un estudio de una experta de la UICN, que recopiló más de mil fuentes, concluye que la violencia de género es el principal medio sistémico para reforzar los privilegios existentes sobre los recursos y sus funciones. Entender la conexión entre la crisis climática y la igualdad de género es esencial para la gobernanza y solución de conflictos y sobre todo para salvar más vidas de mujeres y niñas.