¡Viernes negro para el planeta!
Aparentemente, tanto el Black Friday como el Cyber Monday son para ahorrar dinero. Pero la realidad es que son la forma más evidente de promocionar el consumismo masivo, agresivo y competitivo que, al mismo tiempo, es muy contaminante.
Al poner un tiempo límite para adquirir ofertas se anima a las personas a comprar productos (y hasta servicios que nunca pensaron que querían) y mucho más de lo que necesitan y acabar endeudados.
Se estima que solo las compras en línea generan alrededor de millón y medio de toneladas de desechos, principalmente embalajes de cartón y plástico, llegando a aumentar 25% los residuos por exceso de empaques y devoluciones, agravando el problema de todo tipo de basura que termina en vertederos y todos los ecosistemas del planeta desde desiertos hasta ríos y océanos.
Entre un 10% y un 30% de los productos comprados online se devuelven, lo que aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero por las entregas y sistemas de transporte que colapsan.
Antes era un fin de semana, pero cada vez dura más y cada vez hay más eventos de compra masiva en línea y este abuso del internet no es gratuito. Todo ese tráfico electrónico de los centros de datos consume y contamina enormes cantidades de electricidad y agua que usan para enfriar los servidores y computadores.
El viernes negro y el lunes cibernético solo sirven para hacer más ricos a los dueños de las grandes corporaciones, para explotar más a los trabajadores de las fábricas y de las distribuidoras como Amazon. Pero, sobre todo, para contaminar y agravar el calentamiento global.
Así que este fin de semana, y todo el año, si no lo necesitas, no lo compres.
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