Traspié

14-02-2023
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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El relato dominante sostiene que la ingobernabilidad de Haití y el descontrolado flujo migratorio que provoca, deben ser solucionados por la comunidad internacional.

¿Y las élites haitianas? Bien, gracias.

Por comunidad Internacional, en el caso haitiano, se entiende fundamentalmente a EE.UU. que la lidera, Francia, Canadá y UE. Igualmente, a las agencias de Naciones Unidas y la OEA. 

De acuerdo con este relato, esa comunidad tiene la obligación de pacificar Haití y curarla de sus males, si fuere necesario con una nueva intervención militar; Francia, por su pasado y deuda colonial, EE.UU. por lo que es, por su sensibilidad por los derechos humanos y la democracia, y Canadá, por ser tierra de acogida.

República Dominicana clama por tal intervención.

Una pregunta antes de continuar:

¿Está segura la República Dominicana de que su clamor tendrá los resultados esperados y convenientes para ella? 

La verdad es que el relato dominante parte de supuestos, cuando menos absurdos e inciertos. Deriva de los efectos (conflictividad, migración) y no de las causas (multifactoriales), que no se mencionan. Tampoco se entiende que República Dominicana esté ajena al “contenido” o desconozca en qué va a consistir dicha solución.

La política exterior de un Estado no está fundada en derechos humanos, deudas o en la piedad, aunque así se diga, sino en intereses nacionales y conveniencias momentáneas. Otra muy distinta es la narrativa emocional que se requiere instalar en el imaginario colectivo para legitimar tales intereses y conveniencias.

Para un país pequeño como República Dominicana sería un error de inteligencia diplomática apostar únicamente por una acción que ni conoce ni controlará, porque le podrían sobrevenir sorpresas sin tiempo para reaccionar.