Tenemos que hablar
⏱1.20 min
Grandes cosas, problemas y cambios son el resultado de pequeñitas ocurrencias, esas donde dicen que está el demonio.
Muchas están ocurriendo silenciosamente y a oscuras, y algunas más a la vista de todos.
Descalificar Punta Catalina para venderla como baratija a quienes están detrás de ella desde hace tiempo, traerá nuevamente apagones a comunidades que ya contaban con 24 horas o aumento en el precio de la energía.
Entregar la agropecuaria, el transporte y otros sectores para que los dirijan grupos económicos, está haciendo daño a la población, además, un desmadre institucional.
El Gobierno dominicano dejó de hacer cruce de nóminas. Nadie sabe cuáles son las metas que continúan de la pasada administración o las nuevas que se han trazado.
Interviene instituciones como la Cámara de Cuentas, mientras viola la ley con la cancelación de embarazadas y otras leyes laborales, con instituciones con más de 18 asesores.
Paga encuestas a funcionarios del propio Gobierno para que se diga que “todo está bien, todo está nice”.
Regala recursos del Estado. Toma 10 mil millones de dólares en préstamos, aprobados a lo callaíto y a vapor por el Congreso, también “independiente”.
Contrata por miles de millones publicidad para levantar canales de televisión; familias completas dirigen instituciones, amedrentando a empleados que allí encontraron y muchos, pero muchos etcéteras, que son solo trailers de esta película de terror que estamos viendo los dominicanos.
Ante todo esto, tenemos que hablar y pronto, porque con “los independientes” no se puede contar: no dicen ni esta boca es mía.
Espacio pagado
Quienes habitamos la Comunidad Ojalá sabemos que somos diferentes y nos alegra serlo.
Nuestros contenidos son útiles para comprender y mejorar la vida cotidiana. Están libres de publicidad. Los anima la curiosidad, el rigor y los financia la gente.
Únete. Participa. Haz un donativo.