Tendidas al sol
La realidad, el tiempo y la razón empiezan a perforar los escudos del Gobierno Abinader.
Decenas de miles de millones de pesos en publicidad, manejados con la mayor discrecionalidad y la menor transparencia, no han podido contener el descontento poblacional.
Y es que la realidad es muy distinta a la fantasía; los datos fríos y manipulados, no llenan la nevera de alimentos, ni el tanque de gasolina, ni los bolsillos de dinero.
La inflación engulle los salarios y empuja a la gente a protestar contra la indiferencia de un Gobierno apático.
Por otro lado, el tiempo, ese que quita y da la razón, le está jugando en contra, pues los dominicanos y dominicanas confiesan estar agobiados de un Gobierno que todo lo achaca, sin ser verdad, al pasado.
Han pasado cuatro años y no hay obras relevantes, se han empeorado los servicios públicos y el bienestar social; la comida está más cara y los salarios por el suelo. El tiempo es una espada de Damocles sobre el Gobierno Abinader.
Por último, la razón, el sentido común, va amasando consciencia en el pueblo, que cae en la inevitable comparación y, orbitando esas ideas, concluye lo obvio: que antes estábamos mejor.
Con denuedo, el pueblo dice que está listo; tiene ganas de protestar, se advierte en sus ojos. Desempolva, enjabona y enjuaga las ganas de luchas, que ya están tendidas al sol.
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