Sol, viento y mar

31-05-2022
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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Hay acontecimientos en la vida que precipitan otros. Hoy, por ejemplo, se presentan “urgentes oportunidades”, que están siendo precipitadas o mejor dicho catalizadas por las crisis energética y alimentaria y la desglobalización conflictiva en curso.

Así, han venido confluyendo oportunidades y capitales dominicanos y extranjeros en la estrategia de reducir la dependencia de las empresas y hogares dominicanos de la energía producida a partir de combustibles fósiles.

Desde 2012 a 2020, República Dominicana multiplicó por 20 (veinte veces) el aprovechamiento de las energías del sol, del viento y de la biomasa. Creció de 33 megavatios (MW) a 672 megavatios en lo que se llama energía renovable no convencional, mientras que la renovable convencional, que es la hídrica, ya para esa fecha sumaba 626 MW.

Durante esos años, empresarios dominicanos y extranjeros agregaron 639 MW de energía renovable no convencional.

Desde entonces y hasta la fecha se han incorporado 200 MW más renovables no convencionales para un total de 872 MW y al parecer hay interés privado de seguir invirtiendo en energía solar y eólica.

Con tantas horas de buen sol al año, viento y mar, a República Dominicana le sobran condiciones para más que duplicar la producción de energías renovables no convencionales.

Ojalá se animen empresas privadas a invertir también en producir hidrógeno verde a partir de la abundante agua de mar que bordea nuestra patria.