Si me quisieras, fuera distinto
Circunstancias y misterios del alma explicarían el desamor para ser motivo de fado, copla, blues, morna o danzón.
Mientras escuchaba el domingo la hermosa canción de Carlos Cano “María la Portuguesa” interpretada por él y María Dolores Pradera, https://bit.ly/3hoyde3 leía noticias en los digitales sobre los destrozos de las políticas de Bolsonaro en Brasil.
Así surgió la frase que titula esta brevísima reflexión: si me quisieras, fuera distinto.
Desde el desamor enseñan a creer que lo que importa es la naturaleza del problema y no la solución.
Cuando la verdad es que la magnitud y naturaleza del problema no determinan la solución, siempre y cuando haya amor por el prójimo.
Por ejemplo, las soluciones políticas del desamor de Bolsonaro devolvieron a millones de brasileños a la pobreza, que las políticas de Lula habían liberado. Dos soluciones distintas a un mismo problema.
El principio rector de amor al prójimo, gran aporte del cristianismo a nuestra cultura, fue reconvertido en el Brasil de Bolsonaro en demonización y deshumanización del prójimo. En odio, pareja del egoísmo, y sálvese el que pueda.
A Bolsa Familia, programa que beneficiaba a 55 millones de brasileños, Bolsonaro lo vació de su contenido inclusivo y lo renombró Auxilio Brasil. La buena noticia es que el equipo de Lula anunció que le devolverá su nombre y naturaleza original.
En conclusión: Gobernar bien es saber querer. Dicho mejor: saber gobernar se hace (y se aprende) queriendo.
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