Sembraron flores en un potrero
La sociedad dominicana se ve frente a varios laberintos, siendo el más engañoso de todos el de un gobierno improvisando en medio de la crisis.
Sus funcionarios y jefe dicen tener un plan; sin embargo, no se ve. Lo que se percibe son propósitos sueltos, uno por cada grupo de interés y área que ocupa en el gobierno.
La situación recuerda aquel consejo sabio de un viejo luchador centroamericano: “No se pongan a sembrar flores en un potrero, porque se la comen las bestias”.
Y que aquí se junta con “nadie aprende en cabeza ajena”, que es un dicho muy popular.
Quienes cerraron filas alrededor del Cambio, se pusieron a sembrar flores en el potrero y ya comienzan a sufrir decepciones, porque ven a las bestias acabando con las flores de las promesas, la institucionalidad y la frugalidad del trabajo organizado. Bien temprano.
Solo hay que ver la indignación del movimiento de mujeres por el engaño frente a las promesas del Código Penal y las tres causales.
El año escolar está siendo un disparatado fracaso, aunque un gran negocio para algunos canales de TV, emisoras y Naciones Unidas.
La directora del INAIPI, institución que gestiona las estancias infantiles públicas, lo reconoció clarito: cancelan personal calificado para nombrar militantes del PRM.
No importaron miles de horas de entrenamiento y formación a personas para que pudieran atender a nuestros niños y niñas con calidad y calidez. Medio millón de niños y sus familias sufrirán la baja calidad de la atención, si es que llegan a recibirla.
El crédito solidario a pequeños y medianos productores del campo y mipymes urbanas se ha ido abandonando para derivar los préstamos a empresarios, intermediarios o representantes de los grupos económicos que apoyaron el llamado Cambio.
Miles de pequeñas empresas han cerrado y si seguimos ese camino, cerraran más. Sus dueños y obreros comienzan a vivir las frustraciones.
La clase media comienza a cuestionarse haber apostado a un cambio que no ve en los hechos.
Cuando tomen fuerza las alianzas público-privadas, arranquen a privatizar las Edes e impongan su reforma fiscal, una parte del pueblo dominicano lamentará su falta de memoria: los improvisados pondrán a la clase media y a los pobres a pagar los platos rotos y sus flores de potrero.
No queremos ser pesimistas, pero el Cambio va mal, tropieza y lleva a familias y negocios a quiebra.
Lo peor es que quiere encubrirse con un discurso de odio, polarización y fragmentación social que en nada ayuda a salir juntos y juntas de la crisis.
Nadie quiere que el país fracase y empeore la crisis, pero aquellos que apostaron al Cambio, lamentamos decirles que sembraron flores en un potrero que se las están comiendo sus propias bestias.
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