Secuestro y privatización del agua
La comunidad de Mella, en la provincia Independencia, y otras diez mil familias están sufriendo hace mucho escasez de agua porque se extrae del acuífero que alimenta el acueducto de esa comunidad para irrigar los cañaverales del Consorcio Azucarero Central.
Los comunitarios interpusieron un recurso de amparo preventivo ante el Tribunal Superior Administrativo; tenían causa en febrero y fue reenviada para este mes, esperemos que no le den más largas, porque la vida de varias comunidades depende de ello.
La comunidad de Duvergé, en el otro lado de la Sierra de Bahoruco, está en situación similar por el secuestro del caudal del río Las Damas por la misma compañía extranjera, en la zona del embalse de la hidroeléctrica en este río, dejando a la comunidad sin agua y también sin electricidad.
El río Masacre está en la misma situación: seco a la altura de Loma de Cabrera también por secuestro del caudal para irrigar tierras privadas.
Casos similares de secuestro de agua por cafetaleros ya denunciamos la zona de Matadero, provincia Peravia, y en Estebanía, de Azua, por aguacateros.
Tambien en Arroyo Parra, de San José de Ocoa, hay conflicto con aguacateros que secuestran el caudal y afectan el acueducto. Y en el indispensable Valle Nuevo la tumba y quema para sembrar en el área protegida nos deja el irreparable daño de miles de tareas quemadas y biodiversidad perdida.
En Santiago Rodríguez denuncian la tumba, quema y extracción de pinos en varios lugares, en el mismo talud del rio Mao, que alimenta la presa de Monción. También hay denuncias de tumba y quema en Jacagua, y el río Tireo, de Constanza, igual está seco.
Entonces, pregunto, si ya está privatizada de hecho el agua de nuestros ríos, ¿qué es lo que quiere “concesionar” con su nueva ley el Ministerio de Medioambiente, o de “Miedo ambiente”, como le llama el ambientalista Ramón Aníbal Almonte?
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