Se me muere …
Se nos muere y no es la pobrecita Rebeca, personaje de nuestro carnaval, sino el Estado dominicano.
República Dominicana pudo gestionar satisfactoriamente la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 porque la salud del Estado se había recuperado, y tuvo un doliente que se ocupó de energizarlo con certeras políticas. Antes y durante los meses iniciales, se ganó la confianza del pueblo.
El Estado dominicano estaba, inicios de 2020, en el momento más robusto en su capacidad resolutiva y redistributiva de su historia.
Ahora vivimos y seguiremos viviendo durante todo el 2022, una crisis de alimentación (por inflación), de energía cara y escasa y de falta de empleos, con acentuada tendencia al empobrecimiento de las clases medias y trabajadoras y la quiebra de mipymes.
Las intenciones y acciones del actual gobierno son distintas y van en el sentido contrario a lo que la experiencia y el sentido común enseñan: que no es debilitando (fideicomizando) el Estado, sino fortaleciendo su poder resolutivo y redistributivo, que se podrá evitar que sufra y se nos muera Rebeca y también muchos dominicanas y dominicanos.
¡Ay, ay!
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