Realidades bifurcadas
Los múltiples factores que influyen en la pobreza han sometido a cientos de millones de personas a vivir en una dimensión de realidades que se bifurcan o, en su defecto, de pequeñas realidades que forman una grande.
En República Dominicana, luego de ocho años en los que la pobreza descendió más de un 10%, la pandemia del coronavirus y el cambio de administración gubernamental elevaron nueva vez las cifras.
El desmonte de políticas públicas eficientes y el desamor con que se desarrollan las que aún permanecen, se ha traducido en el inevitable retorno a la pobreza para decenas de miles de dominicanos.
De forma gradual, han ido retornando realidades que ya no existían. El nuevo Gobierno ha precarizado el formidable servicio que brinda la tanda extendida, un alivio económico para familias, sobre todo madres solteras.
El costo de la canasta básica se ha elevado considerablemente sin que lo hiciera por igual el salario o el poder adquisitivo. En los planes de asistencia social palpitan el desorden y la sustracción de recursos mediante tarjetas.
Campesinos desamparados, maltratados y desplazados por importadores de productos. Medicamentos de alto costo, inaccesibles.
La realidad se bifurca, hace surcos en el camino. Y en cada uno de esos surcos, nuevas realidades que ensanchan la pobreza.
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