⏱ 1.11 min

He esperado con disciplina y respeto el mandato de la programación de las autoridades sanitarias dominicanas.

Pero, no llega el bendito día que pueda vacunarme. 

Así digo: bendito, porque lejos del escepticismo que pudieran generarme noticias sobre trombos, aumento exponencial de contagios, ocupación de camas UCI y muertes luego de las jornadas de vacunación en Chile, Dinamarca, Trinidad&Tobago, España y Alemania, estoy convencido de que cualquier vacuna es mejor que ninguna.

Estar vacunado es una bendición de la ciencia médica y en ella confío.

El Plan Nacional de Vacunación inició el 16 de febrero. Entonces, se publicó una programación de administración de vacunas en 3 fases. Aún no se ha completado la primera fase. Al día de hoy, 20 de abril, se está todavía en los tramos 1A, 1B y 1C de dicha fase. La 1D no ha iniciado, que es en el tramo en el que me tocaría.

Inquietante situación, porque tengo la impresión de que se agotan las vacunas en nuestro país y el Gobierno ha ralentizado el ritmo a la espera de nuevos embarques que no llegan.

Hay un atraso con el despacho desde China de 1 millón de vacunas correspondiente a marzo, camino a juntarse con otro de 2 millones de abril con la misma China.

Gobiernos se quejan del “egoísmo” de EE.UU., Canadá y Reino Unido, que obligan a sus empresas farmacéuticas a priorizar a sus pueblos, pero no abren sus mercados a otras farmacéuticas.

¿Podría el Gobierno dominicano encaminar diligencias con Rusia para que venda a República Dominicana la Sputinik V y con Cuba por la Soberana 2?