Punta Catalina es mucho más

17-01-2022
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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El proyecto que con los años terminó llamándose Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC) se remonta a los años ochenta. Ningún gobierno quiso emprenderlo. Manos poderosas se interponían siempre. Mientras, preñado de incentivos y privilegios, crecía vigoroso el generador privado. Y los apagones.

Punta Catalina es hoy la más grande empresa del Estado dominicano. El bien público más importante como inversión. Como negocio.

Inconcebible la República Dominicana hoy sin Punta Catalina.

El gobierno la ha subvalorado en 2, 340 millones de dólares para dejarla en manos de representantes del sector privado autorizados a hacer y deshacer.

Ésa era la finalidad de todos los insultos contra Punta Catalina.

Ése era el propósito de toda la desconsideración contra Danilo Medina, el gobernante atrevido, desobediente, quien cometió el pecado de emprender semejante obra. El pecado de pretender liberar al Estado y al pueblo del yugo del subsidio multimillonario. De obligar al sector privado generador a competir en condiciones menos dañosas al interés nacional. El pecado de orientarla diversificación de la matriz de generación eléctrica.

Ésa era la finalidad de la Marcha Verde. Financiada por ese mismo sector privado que hoy anhela administrar Punta Catalina. La Marcha logró que los bancos internacionales se retiraran del proyecto. Creían que disuadirían al Presidente Medina. Pero no.

Por eso, Punta Catalina es más que la más importante empresa del Estado. Punta Catalina es el coraje. La determinación. La visión. El compromiso. La inteligencia y el carácter del gobernante que la emprendió. No decirlo es mezquindad. La mezquindad que exhibe el gobierno que la entrega sin rubor ni pudor. Ante la mirada de un pueblo paralizado. Sacudido. Indefenso. Engañado. “Cubeado”.