Presidente, sería Abominable
No se sorprenda de que Abinader no haya invitado a Venezuela, Cuba y Nicaragua a su Cumbre.
La orden se la dio Marcos Rubio, es decir, el Departamento de Estado de EEUU, y cuanto ordenen desde allí al presidente dominicano será obedecido a pie juntillas.
Aunque Trump, Marcos Rubio y Abinader no lo quieran, Cuba, Venezuela y Nicaragua son parte de Nuestra América y un monumento incuestionable de verdadera soberanía. Es lo que realmente les molesta.
Lo que sí debemos reclamar al presidente Abinader es que no involucre a las Fuerzas Armadas dominicanas en la agresión que ejecuta Estados Unidos contra Venezuela y que pretende escalar.
Eso sería no sólo lamentable, sino, sobre todo, abominable.
A veces es difícil suponer tanta genuflexión.
Ojalá que la insensatez no llegue tan lejos como en los primeros gobiernos de su partido entre 1978 y 1986.
En 1978—primer gobierno del PRD hoy PRM—oficiales de Estados Unidos venían a dar órdenes en los cuarteles dominicanos invitados por el gobierno.
Los líderes del PRM solo exhiben “patriotismo” cuando hablan de Haití. En eso son santanistas y baecistas militantes.
El antecedente de Abinader es Hipólito Mejía quien envió militares dominicanos a pelear la guerra de George Bush en Irak, episodio vergonzoso que ojalá Abinader no repita.
Es lo más que se podría pedir a un presidente que proclama soberanía frente a Haití pero practica con devoción la sumisión ante Estados Unidos.
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