¿Pavimentando el camino del infierno?

29-11-2021
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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El 26 de noviembre desfilaron sus cadáveres. En Arenoso. San Francisco de Macorís. Cinco mujeres. Entre los 25 y  los 30 años. La flor de la juventud. Esperaban alcanzar Puerto Rico, pero alcanzaron la muerte. La breve embarcación naufragó. Tres hombres también murieron. Diez desaparecidos, probablemente muertos también. Veintitrés rescatados con vida.

Un día después, otro grupo, más de cuarenta, rescatados en Miches.

Sabemos de los viajes ilegales, antes muy socorridos. Hasta hace poco eran recurso de haitianos principalmente. Muy contados dominicanos, usualmente encargados del negocio. Hace tiempo no presenciábamos escapes de dominicanos en masa como viene ocurriendo en estos días.

No ocupan las primeras páginas. Apenas aparecen en breves notas necrológicas. En el parte policial. El escándalo es otro más jugoso y conveniente. Pero el fenómeno es de nuevo alarmante. Lo sabe en Arenoso la multitud que acompañó a aquellos cinco cadáveres.

El Gobierno mira para otro lado, pero algo muy grave ocurre cuando esto ocurre.

Algo grave sucede cuando la juventud se lanza en masa a la migración peligrosa. Cuando un pequeño productor de plátanos agarra su machete y empieza a trozar mata por mata su plantación. Cuando decenas de cebolleros y lecheros tiran su producción. Cuando la gente lanza maldiciones en el colmado. Cuando en vez de garantizar, mutilamos derechos. Cuando solo se gobierna para unos pocos… Algo grande está ocurriendo cuando cunde la desesperanza.

Mirar para otro lado no es solución. Tampoco ir de un lado a otro. En afán de veleta. Sin un plan. Sin medidas concretas. Puro teatro.

¡Ojo, señores del Gobierno! La población más vulnerable da señales de desesperación.

¿Buenas intenciones? Nadie las come. Sólo pavimentan el camino del infierno.