Operación cangrejo
En los últimos meses hemos conocido parte del océano.
Se nos han presentado cada una de las especies creadas para el deleite y burla en un muy producido circo acuático que solo aporta al espectáculo y, en lugar de justicia, ofrece la sangre inmediata que pide la arena.
La peor de las operaciones inició hace casi un año.
Y los resultados de esa operación se notan en algo tan delicado y reciente como el caso H aití: pasamos de celebrar la inclusión como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por dos años y su presidencia, durante el primer mes del 2019, a que no se invite al país que comparte territorio con esa nación a formar parte de la sesión sobre el tema y que el Consejo de Seguridad decidió celebrar en “formato privado”. Nuestro país, que puede verse gravemente afectado, que comparte una extensa frontera con Haití, fue dejado fuera de las conversaciones.
Entre lo absurdo y lo irrespetuoso.
La involución está presente en todo. En el 30% que se ha vuelto a pedir para sacar pagos, en los buscones en las instituciones públicas, en el cruce de nómina eliminado, en hospitales operando con luces de teléfonos, en la sensibilidad de los funcionarios ante la crítica ciudadana, en entregar a dedo y por canchanchanería los permisos de importación, en la persecución y la falta de democracia.
La operación cangrejo nos tiene caminando hacia atrás. Inició en 16 de agosto del 2020.
Espacio pagado
Quienes habitamos la Comunidad Ojalá sabemos que somos diferentes y nos alegra serlo.
Nuestros contenidos son útiles para comprender y mejorar la vida cotidiana. Están libres de publicidad. Los anima la curiosidad, el rigor y los financia la gente.
Únete. Participa. Haz un donativo.